La caligrafía china es una expresión artística de altísimo nivel. El arte y los artistas occidentales necesitaron siglos de evolución para llegar a la abstracción, hizo falta romper estructuras, preconceptos y academicismos para poder encontrar la belleza en las formas y el color prescindiendo de la representación formal de la realidad. Si bien algunos conocedores afirman que toda la pintura es abstracta, y que debe verse y disfrutarse sin tener en cuenta el contenido anecdótico de la imagen, esto presupone por lo menos un desafío al intelecto. La escritura y caligrafía chinas o Shūfǎ (書法 /书法) , han llegado a la abstracción y a la exaltación de la belleza de las formas en sí mismas desde los propios umbrales de su milenario origen.
En el marco de su visita a la Argentina en el año 2011 el Shifu Shi De Yang llevó a cabo una interesante conferencia sobre Shūfǎ. En el transcurso de la misma realizó un trabajo que más tarde tuvo la amabilidad de regalarnos (es la imagen que compartimos).

Dice “chan y cha tienen el mismo sabor” <禅茶一味>
Chán <禅> es la meditación que conocemos como zen y chá <茶>es el té. El té, se integra con la meditación en su famosa ceremonia. Cuando se lo prepara y disfruta con absoluta conciencia del aquí y ahora, puede acompañar al calígrafo en su trabajo que está siempre basado en una mente tranquila y centrada, en la pincelada y el trazo, en la expresión del caractér que traza: una mente chán.